Puedes
ver mi vídeo sobre ¿ELMEJOR AMIGO DEL HOMBRE? en VEROcomenta.
Los animales de compañía hacen reír con sus gracias
y juegos y dan un nuevo sentido de felicidad
a la existencia de la persona.
Yo he tenido cuatro perros en mi vida, sus nombres eran: Puri, Yuli, Dalas
y Mila.
A pesar de que eran diferentes, todos tenían algo en
común: su inteligencia y sociabilidad. Puri era una perrita con el pelo rubio,
era muy entrañable, simpática, además, muy obediente y juguetona. ¡Era una
perra muy buena! Vivía en el pueblo con un matrimonio al cual yo visitaba con
frecuencia para pasar un rato con ella. La encantaba correr a por una piedra y
luego traerla. Yo ayudaba cuando la bañaban y la cepillaba su pelo...Después de
un tiempo el matrimonio decidió irse a la ciudad y me dieron a Puri. Fue un
gran regalo: ahora estoy segura que haberla tenido se me hizo más fácil la
separación de mis padres. Durante un tiempo estuve en un colegio interna y no la
podía cuidar diariamente pero la veía cuando regresaba los fines de semana. Fue
una gran y sana compañía. Me alegraba la vida.
Puri ya era muy viejita y un tiempo antes de que nos
dejara entró en nuestra vida Yuli, con unos meses parecía una bolita negra y
peluda, sus ojos brillaban y siempre tenía ganas de jugar.
Recuerdo una gran anécdota: Mi hermano y yo pensábamos que nos habían
regalado un perro, de hecho nos dijeron que era macho. Estuvimos una semana
entera pensando nombre de perro, y al final la pusimos Rambo (porque nos
encantaba Rambo y sus películas, y le iba bien con su carácter). Un día
estábamos jugando mi hermano, Puri, Yuli y yo en la puerta cuando pasó un señor
y se acercó para acariciar a los perros. Nos preguntó los nombres y fue quien nos dijo que teníamos que
cambiar el nombre de Rambo porque no era un perro sino una perra.
Dalas, era el hijo de Yuli, cuando nació ya no
teníamos a Puri. Dalas era un perro muy activo, nervioso, alegre y muy
inquieto. No le gustaba que le atáramos y llevarle con correa resultaba
agotador porque solo quería correr. Era un caso único porque yo le intentaba
acariciar la barriga para relajarle pero él no aguantaba un segundo tumbado en
el suelo. Era como un torbellino. Tan pronto estaba a tu lado, tan pronto
estaba en la otra punta de la calle. Y Mila, sólo pude disfrutar de su compañía
un par de días, su muerte me afectó mucho.
Si decidís tener un perro como
mascota no olvidéis que éste hará que vuestra vida sea más activa y
comprometida.
Si te ha gustado el artículo,
coméntalo más abajo o compártelo en tus redes sociales. Muchas gracias en
cualquier caso por tu atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario